Dragon Signs 01 Novel Chapter 01

Ese reloj blanco solo tenía una aguja (que era de todo menos recta) y apenas tenía señaladas las divisiones, pero era de suponer que serían doce. La aguja estaba apuntando hacia arriba, aunque ligeramente desplazada hacia la derecha.
— Mira bien este reloj, porque antes de que la aguja haya dado una vuelta completa, tú, habrás muerto.
Si lo que pretendía era intimidarme, no lo había conseguido. Pero si quería jugar, le respondería con su misma moneda.
— ¡Acabas de decirlo hace un momento! Esto solo es un sueño. ¡Mi sueño! Y por mucho que lo intentes no puedes no puedes hacerme daño.
—Ahí te equivocas… Este no es tu sueño, y sí que puedo hacerte daño, es más, voy a demostrártelo…
Aquello ya no tenía la menor gracia. Entonces comencé a dudar si aquel respeto que sentí en un principio no sería miedo en realidad.
— Poseo un arma capaz de herir el cuerpo físico desde el mundo de los sueños, que es donde nos encontramos actualmente. La pena es que no puede segar una vida… — suspiró — ¡Qué le vamos a hacer, nada es perfecto!
"Te presento a…"
Un haz de luz se extendió a ambos lado de su mano derecha adquiriendo la silueta de un bastón alargado, hasta que un destello final reveló su verdadera forma: una guadaña. Aquella arma tenía algo distinto a cualquier otro objeto que jamás hubiera visto, emitía un tenue brillo verdoso con partículas rojizas en lo más profundo del color.
— "Drim Reaper"
— ¡¡Qué guay!! — se me escapó de la emoción.
Era, simplemente, alucinante, si dejamos a un lado el hecho de que me estaba amenazando con ella.
— ¡Oh, mierda! Estás bromeando, ¿no?
Apenas había terminado de pronunciar esa frase cuando sentí una tremenda punzada en el corazón. Fue tan repentina y potente que me dejó sin aliento. Aunque si solo hubiera sido aquello tampoco habría sido tan malo, pero los problemas nunca vienen solos y el dolor no se detuvo. Resultaba imposible mantenerme en pie por lo que caí de rodillas intentando soportar con todas mis fuerzas la terrible tortura que me estaba inundando. Si tuviera que describir aquella sensación de alguna manera, lo haría diciendo que era como si un rayo de luz intentase atravesar mi corazón, abrasándolo junto con cada célula de mi cuerpo.
— ¿Te duele el corazón? — Casi había olvidado que el encapuchado aún estaba ahí — No es de extrañar… después de todo esa cuerpo humano no fue diseñado para soportar la transición.
"Pero no te preocupes, — añadió — no tendrás que permanecer en él durante mucho más tiempo."
Había una palabra que no me había pasado desapercibida debido a que no entendía lo que significaba y a causa de ello no pude evitar pronunciarla en alto.
— ¿Transición?
— ¡Prepárate! — Continuó, ignorando lo que había dicho — Porque este, es el principio de tu fin.
— ¿Por qu…?
Pero mi voz fue silenciada por su terrorífica guadaña, que en un parpadeo había pasado de estar a unos metros de distancia a atravesar mi estómago con su cortante filo. El dolor que estaba sintiendo y que por aquel entonces ya estaba ascendiendo por mi garganta quedó eclipsado por la sensación de nauseas que vino acompañado con el primer roce del arma con mi cuerpo. Cuando quise darme cuenta de lo que estaba ocurriendo, la guadaña había atravesado completamente mi cuerpo y entonces…